¿ESO ES LEER? 6°2021

LEER, LAS PALABRAS TOMAN VIDA.

 ¿ESO ES LEER?

EL PLACER DE LAS PALABRAS ESCRITAS

La lectura es una práctica cotidiana que necesitamos para poder desarrollarnos como individuos. Es por ello por lo que las personas que no saben leer se enfrentan a muchas dificultades. No sólo en la escuela son frecuentes las actividades que involucran la lectura; también en la vida diaria, cuando vas a la tienda o al centro de salud, lees los avisos, nombres de productos y los servicios que ofrece.

¿Cuántas veces has leído un texto y no has entendido de qué trata?

La lectura es una actividad de compresión e interpretación, que implica hallarle el sentido a lo que el texto nos quiere transmitir; es un acto que nos conecta con el conocimiento, siempre y cuando sepamos sacar provecho de lo escrito. Para comprender lo que leemos es importante identificar la intención comunicativa del texto, ya que cada uno está escrito con una finalidad, que es la que llevó a un autor a escribir un cuento y no una noticia, una biografía y no un ensayo, una novela y no un artículo científico. Cada texto busca mostrar su mensaje a través de diferentes recursos del lenguaje. Según su intención, hay textos que cuentan historias, otros explican un fenómeno natural o social y algunos tratan de defender una idea.

En el presente capítulo revisaremos la importancia de la lectura y las características de algunos textos según su intención comunicativa.

La lectura es importante porque: Aporta conocimiento, enriquece tu vocabulario, te divierte

¿Eso es leer?

¿Y tú, cómo lees? ¿Sentado, parado en un pie, acostado, de cabeza...? Con que no arriesgues la vida leyendo mientras caminas y cruzas calles, lo demás es cosa tuya. Ahora bien, ¿tú, ¿Dónde lees? ¿En la banca del parque, en la azotea, en el baño, en el bus...? Mientras no leas dentro de la jaula de los tigres del circo, lo demás será a tu gusto. Y, a ver, ¿tú, a qué hora lees? ¿Mientras comes, mientras ves tele, durante el recreo...? Con tal de que no leas en la regadera, "no hay problema". Pero, antes que otra cosa, ¿lees?

No te apures a contestar. Primero debemos hacer pública la noticia: "Hay mucha gente que cree que no lee, y sí lee". Por ejemplo, la hija de una amiga, de largo nombre: Genoveva, se engaña pensando que no lee porque cuando empieza a leer un libro pronto se cansa, lo deja, pasan días, lo vuelve a tomar, lee un poco más, se cansa, lo deja, pasan más días, y así se puede tardar meses en llegar al final del libro. Por eso, porque se tarda mucho, Genoveva piensa que no lee. Y es que ella, como muchos, se figura que leer, leer "de veras", es leer de corrido, concentrada, sin parar hasta acabar. Y las cosas no son tan así. No hay que leer "de verdad" o leer "de mentiras" o leer bien o leer mal, o leer por leer. Cada quien lee a su manera, como quiere, como puede, como le gusta, como le hace falta. A Genoveva no le parece leer "de veras" el mucho tiempo que se entretiene leyendo las letras de las canciones que le gustan; y aún le parece menos serio horas y horas tirada en el suelo hojeando a brincos de atrás para adelante, y otra vez al revés, el enorme atlas que le regaló su padre y que está lleno de fotos y de evocadores nombres de ríos, islas, ciudades y todo eso que aparece en los mapas y que es información de la más seria que existe.

También hay niños, muchachos y adultos, que leen brincándose páginas. Es más, a algunos sólo

les interesa leer el final del libro y se brincan lo demás. Otros abren los libros solo para leer los dibujos, las fotos o los mapas. Ponen mucha atención a esas partes de los libros y así entienden qué dicen, qué informan. O sea, los leen, aunque no sean letras, porque los comprenden. Otros más no leen libros; leen revistas, cuentos, argumentos, películas o la sección deportiva de un periódico. Otros van a los libros a buscar cierta información y solo leen la parte del libro donde está lo que necesitan. Por ejemplo, alguien que no sepa qué quiere decir una palabra va a un diccionario. No necesita leer más. O abre un libro de historia nacional y lee el capítulo sobre la Independencia de Colombia porque esa parte es la única que, por el momento, necesita y quiere conocer. En fin, hay muchas formas de leer y todas se valen, porque le sirven a cada quien, para satisfacer las ganas de leer, de enterarse de algo que le interesa, o solo de divertirse mirando esos libros llenos de imágenes. Así que, una vez aclarado esto, y como seguramente sí lees, pues estás leyendo esto, sigamos con algo que te va a interesar a ti, que cada vez decides o inventas tu manera de leer.

Después de leer el texto contesta en tu cuaderno las siguientes preguntas.

a. Para ti ¿Qué es leer?

b. ¿Cómo aprendiste a leer?

c. ¿Te gusta o no te gusta leer? ¿Por qué?

d. ¿Qué importancia tiene la lectura en tu vida?

e. ¿Cuánto tiempo le dedicas a la lectura?

f. ¿Qué condiciones prefieres para leer?

g. ¿Sobre qué lees?

EL PLACER DE LAS PALABRAS ESCRITAS

Aplico mis conocimientos

Como te diste cuenta en el texto anterior, siempre has estado cerca de la lectura, porque has tenido interés por un tema, la necesidad de aprender o de recrear tu imaginación. Teniendo en cuenta esto, desarrolla las siguientes actividades en el cuaderno:

ACTIVIDADES:

1. De acuerdo con el texto, ¿qué es leer? ¿Qué ejemplos menciona sobre lo que se puede leer?

2. Pregúntales a tus familiares qué importancia tiene para ellos leer.

3. Después de la lectura, ¿has cambiado tu idea acerca de qué es la lectura? ¿Por qué? A Genoveva no le parece leer "de veras" el mucho tiempo que se entretiene leyendo las letras de las canciones que le gustan; y aún le parece menos serio horas y horas tirada en el suelo hojeando a brincos de atrás para adelante, y otra vez al revés, el enorme atlas que le regaló su padre y que está lleno de fotos y de evocadores nombres de ríos, islas, ciudades y todo eso que aparece en los mapas y que es información de la más seria que existe.

También hay niños, muchachos y adultos, que leen brincándose páginas. Es más, a algunos sólo les interesa leer el final del libro y se brincan lo demás. Otros abren los libros solo para leer los dibujos, las fotos o los mapas. Ponen mucha atención a esas partes de los libros y así entienden qué dicen, qué informan. O sea, los leen, aunque no sean letras, porque los comprenden. Otros más no leen libros; leen revistas, cuentos, argumentos, películas o la sección deportiva de un periódico. Otros van a los libros a buscar cierta información y sólo leen la parte del libro donde está lo que necesitan. Por ejemplo, alguien que no sepa qué quiere decir una palabra va a un diccionario. No necesita leer más. O abre un libro de historia nacional y lee el capítulo sobre la Independencia de Colombia porque esa parte es la única que, por el momento, necesita y quiere conocer. En fin, hay muchas formas de leer y todas se valen, porque le sirven a cada quien, para satisfacer las ganas de leer, de enterarse de algo que le interesa, o solo de divertirse mirando esos libros llenos de imágenes. Así que, una vez aclarado esto, y como seguramente sí lees, pues estás leyendo esto, sigamos con algo que te va a interesar a ti, que cada vez decides o inventas tu manera de leer.

LEER ES IMPORTANTE

Alguna vez habrás pensado que leer es una actividad completamente aburrida, que nada tiene que ver contigo y con las cosas que te gustan; pero si lo piensas mejor, la lectura está presente en tu vida cotidiana, pues a diario te encuentras con afiches publicitarios, notas de periódico, instrucciones para hacer que algo funcione, caricaturas, obras literarias.

Leer es una actividad comunicativa que constantemente nos está invitando a comprender lo que un texto propone. Cuando leemos estamos poniendo en juego ciertas expectativas y conocimientos que ya posemos sobre el tema y construimos nuevos significados.

La comprensión de los textos es efectiva si somos estratégicos y logramos interpretar lo que nos está diciendo. Por ello, dialogar con la lectura implica reconocer que los textos nos aportan distintos tipos de información, porque están escritos con diversos fines: unos exponen temas sobre el conocimiento de las ciencias, otros nos divierten, algunos nos informan y otros buscan deleitarnos con las palabras.

La lectura es una forma de aprender y conocer el mundo que nos rodea, pero no se opone a otras formas de acercarse al saber, como la oralidad. Podemos decir que la palabra escrita y la hablada se complementan, en tanto se dan en contextos diferentes y cada una cumple unos objetivos distintos.

Guillermo, ¿Empezaste a leer el libro que te presté ayer?

¡Si!, la trama está muy interesante


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